Amar a través de la comida

Comida y amor

Sin ninguna duda, son la simbiosis perfecta; el amor y la comida, forman el mejor de los binomios.
Este post tendrá un marcado toque cultural (además de reflexivo), puesto que en numerosas ocasiones este hecho, condiciona la manera en la que las personas, tienden a expresar el amor o «el afecto».
Es de sobra conocido que en las zonas geográficas de habla hispana, italiana y francesa existe cierta tendencia a mostrar afecto de este modo, sentándonos todos alrededor de una mesa, y comiendo banquetes que parecen no tener fin.
Por otro lado, en zonas como Tailandia o la zona India del Rajastán se emplea la comida como ofrenda a los animales, por lo general con un trasfondo religioso.
Dos ejemplos pueden ser el templo de las ratas en Rajastán y el banquete de los monos en Tailandia; donde una gran cantidad de monos que habitan en la ciudad son invitados a un banquete de frutas cada año, durante el mes de noviembre, a modo de agradecimiento por atraer turistas.

004t1xhgBanquete de los monos

Evidentemente esto es debido al desarrollo cultural, antropólogico y en muchas ocasiones evolutivo, que ha ido cambiando a lo largo de la historia; en la que hemos sido desde «portadores de genes ahorradores», a cazadores/recolectores u obesos en rangos elevados de la sociedad.
La realidad de «nuestros días» es que te puedes comer un producto elaborado en 2012, un producto importado de la otra punta del mundo, de la mejor o de la peor calidad, durante todo el año; algo impensable hace 1.000 años o 3.000 años…

prehistoria

Hasta hace no mucho el estereotipo de la mujer, eran las curvas, donde ahora se busca la delgadez y la sinuosidad limando la fragilidad de las modelos.
No creo que lo mejor sea una Venus de Willendorf, pero tampoco una mujer desnutrida. En el equilibrio suele estar la gracia (y es lo que menos problemas da).
Podríamos simplificar este post diciendo que, el amar a través de la comida,  es un simple «mecanismo evolutivo», que asegura la supervivencia de las generaciones posteriores a través de algo tan fundamental como la alimentación; y a casa.
Pero para eso no abro un blog!

El azúcar, la serotonina y amor a los hijos;

Son muchos los que se escudan en la serotonina y su relación con la ingesta de H.C, para permanecer inmóviles en dietas hiperglúcidas que no contemplan otras cifras que no sean el 55% típico. Su argumento es el siguiente;
Si se disminuye el aporte de H.C, caerá la síntesis endógena de serotonina, provocando tristeza y depresiones potenciales y produciendo «hambres específicas» 

Sabemos y es cierto, que el azúcar e ingesta de H.C está intimamente ligado a cierta «sensación de felicidad», derivada de esta relación con el triptófano y la serotonina. Pero extrapolar y alegar que vas a tener depresión si reduces tu ingesta de H.C, es profundamente falso.
Al igual que lo es la alegación; las dietas cetogénicas o hiperprotéicas (no son lo mismo) producen «hambres específicas» (me gustaría saber a qué se refiere y cuales son las inespecíficas); es falso.
De hecho, las reinas de la saciedad son las proteínas (si alguien me pide referencias mandaría narices…), por lo que una dieta hiperproteica con una buena densidad de nutrientes, es mucho más saciante que cualquier hiperglúcida si atendemos simplemente a estos dos factores, me juego la mano derecha.
Cuando en una familia; unos padres o abuelos «atiborran» (y no digo alimentar de ciento en viento o en fechas señaladas, como las navidades), a sus descendientes con productos azucarados, día tras día en cantidades industriales; a largo plazo tendrán muchas papeletas de presentar las patologías más comunes como obesidad, diabetes, hta… si lo digo, es porque es lo que veo.
Si se les está inculcando a comer de ese modo, cuando dejen de obtener esa felicidad por no tener comida azucarada, irán en busca del subidón de glucosa (suena yonki, pero es así), por lo general a media tarde cuando ya han pasado varias horas del día y los niveles de hormonas estimulantes matutinas decaen (hormonas que son hiperglúcemiantes).

images

Si no se lo da, llora; si se lo da, está feliz (la elección parece sencilla…).
Probablemente a muchas mujeres acostumbradas a tomar azúcar, les suene lo que estoy contando.

Amor y comida en pareja;

Cambiando de tercio y para no cambiar de tema, este post se me ocurrió mientras mi bisabuela, con sus 103 años, me preguntaba con su mano temblorosa en mi hombro;
«Quieres un 5º plato o más jamón serrano????» (ese que había empezado a comer a las 8 de la tarde).
Nació de ese afecto que sentí, cuando me ofrecían comida.
A mi parecer, una buena cena es uno de los recursos más antiguos que existen para «encandilar» a una mujer (visto desde mi perspectiva, supongo que con hombres también funcionará, al menos conmigo!). Y es sin duda, uno de los mejores.

004No te vayas a pasar de romántico…

Esto puede ser interesante (y si nos ponemos a filosofar sobre el tema) ¿Qué transmitimos? ¿Porqué es un buen recurso o puede funcionar elaborar una cena bien apañada?
No hace falta ser muy inteligente para darse cuenta de que, preparando una cena (y «amando por tanto, a través de la comida») demostramos a la otra persona que;
– Nos importa y hemos organizado nuestro tiempo para destinarlo a un fin, cuyo objetivo es él/ella.
– Empleamos tiempo en agradar a la otra persona.
– Demostramos ser competentes y tener recursos. Parece una tontería, pero muchas personas valoran el que sepas hacer algo más que un huevo frito. No hablo de saber hacer un suflé, pero unas lentejas corrientes, comprar los alimentos que se necesitan, prepararlo…
– El hecho de realizarlo, en un hogar o local propio otorga privacidad (en comparación a un restaurante, por ejemplo) y significa que existe cierto grado de confianza entre ambas personas. Lo que facilitaría un posible acercamiento, si es que la cena tuviese tal fin (con un trasfondo evolutivo de perpetuar la especie). No es lo mismo invitar a cenar a una persona a un menú de 15€, que elaborar una buena cena. Yo lo veo así (corríjanme si me equivoco).

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(Un consejo; tampoco te pases con las florituras, ni con las flores. Estás preparando una cena, no un funeral!)

Depende del cristal por el que mires;

Comentar el argumento del post con  (@alfon_mendez) me ayudó a darme cuenta de que son muchos los factores que pueden llevar a este tipo comportamiento; como he comentado al inicio del post.
Tuvo la generosidad de compartir conmigo ciertas notas extraídas de “El comer emocional”, de Edward Abramson (1993) donde se menciona, por ejemplo:
«Hay familias donde no se acepta que se expresen las emociones de forma directa y se anima a utilizar la comida como un sustitutivo de la intimidad y el apoyo emocional. Esto se consigue fomentando las comidas familiares donde se establece la paz y la armonía entorno a la mesa. La mesa de la casa repleta de comida, y toda la familia alrededor de ella. Son momentos alegres donde todos los problemas quedan en segundo plano. Esto se establece a modo de aprendizaje y cuando los problemas nos abordan, recurrimos a utilizar el recurso que en otro momento nos ha sido útil, la comida en vez de la familia unida. Es un mecanismo de aprendizaje puro y duro que lo explican muy bien las teorías del aprendizaje operante
Desde «El Reflejo en la Ventana»; Gracias Alfonso.

3 Respuestas a “Amar a través de la comida

  1. En primer lugar (y aunque sea un poquito tarde) ¡Éxitos y felicidad en el nuevo año!

    De vuelta al texto, muy interesante y profundo, como para sacar un par de reflexiones. En particular me gustó ese análisis que haces sobre todas las aristas de «una cena romántica», no me había puesto a pensar en ello, y concuerdo con vos.

    Por cierto, respecto a la azúcar y felicidad, una pregunta ¿sería por eso que siempre se asocia la imagen de la mujer(principalmente) triste y la dosis extra de helados o chocolates?

    • «Por cierto, respecto a la azúcar y felicidad, una pregunta ¿sería por eso que siempre se asocia la imagen de la mujer(principalmente) triste y la dosis extra de helados o chocolates?»

      Totalmente; muchas mujeres (y hombres;ya que no es exclusivo del sexo femenino, aclaro) utilizan el azúcar simple en momentos de estrés, al abandonar el tabaco o como refugio de sus problemas. La razón o mecanismo que se busca puede ser la búsqueda de triptófano, serotonina (que produce nuestro organismo) y por ende, conseguir una sensación placentera o de felicidad. El problema es que si uno se acostumbra a ese tipo de alimentación, buscara alimentos de baja densidad nutricional, y que le den un buen subidón de azúcar a nivel sanguíneo.

      Y el alto consumo de azúcar ya sabemos en este blog que no es nada bueno y que se encuentra en muchos sitios.

      Feliz año nuevo para ti también! Nunca es tarde 😉

  2. Pingback: Alimento y emoción | Alimentarse con la cabeza·

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